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El acto homenaje contó con la presencia de integrantes de la familia de Tronelli, representantes de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, de la Corriente por los Derechos Humanos, trabajadores del sector y representantes de la Asociación Trabajadores del Estado Neuquén y CTA Neuquén.

Su hermana, Silvia, recordó a Mirta como “una militante muy comprometida que se jugaba la vida por todo lo que hacía”. “Fue muy fuerte ver esto. Cuando entré al salón y vi la foto, lloré. Hace 36 años que mi hermana no está y justo un 11 de junio la secuestraron”, dijo Silvia.

Mirta trabajaba en Acción Social en la provincia, vivía en Barda del Medio y estaba en tercer año de la carrera en la Universidad Nacional del Comahue. Era amiga de Cecilia Vecchi, otra de las mujeres desaparecidas de la región. Cuando se enteró que Vecchi había sido detenida, llamó a su padre para que la ayudara en la búsqueda. Al día siguiente, el 11 de junio de 1976 en horas de la mañana irrumpieron en las oficinas de Bienestar Social de la Provincia, hombres de civil armados y se llevaron a Tronelli en un auto Peugeot 404 celeste.

Varias detenidas la escucharon y la vieron en la U11 y en Bahía Blanca. En las audiencias por el juicio a represores que se realizan en Neuquén, Gladis Sepúlveda, testigo en la causa, declaró que pudo escuchar la voz de Tronelli durante su detención en “La Escuelita” de Bahía Blanca.

Oscar Ragni, integrante de la Corriente por los Derechos Humanos de Neuquén, expresó: “Un desaparecido no está muerto, ya que nadie tuvo la valentía de decir quien, cómo y cuándo lo mató. Desde el poder político se siguieron poniendo palos en la rueda de ese maravilloso camino que se llama justicia. Yo les pido, como lucha, como continuidad de defender el fervor, que no permitamos que maten a los desaparecidos, y que sigan viviendo a través de ese haz de luz que entra por la ventanita, pero que es la que nos ha mantenido por más de 30 años”.

A su turno, Héctor Carrica, quién acaba de iniciar un proceso de querella contra el Ejército Argentino por la desaparición de su propia madre y compañeros delegados, pronunció un conmovedor discurso al auditorio donde se destacó la importancia de una política de Derechos Humanos. “Esta política está construida por todos los organismos de Derechos Humanos, por las Madres de Plaza de Mayo, por el incansable trabajo de no dejar que nos roben la memoria, porque la memoria en manos del pueblo es una herramienta que transforma la sociedad. Cada vez que los trabajadores pensamos empezamos a cambiar también la sociedad”, expresó.

También remarcó la continuidad de una lucha histórica: “Que sepan todos los compañeros de este lugar, que los que dejaron la vida, dejaron la vida para que las trasnacionales no hagan estados trasnacionales como lo están haciendo en la actualidad, que dejaron la vida para que tengamos salarios dignos, para que el más humilde tenga agua, tenga una vivienda digna, y eso no alcanza a toda la comunidad y es otra deuda social pendiente”.

“Estoy hermanado con la familia de Mirta. Nosotros, los que tenemos desaparecidos, los que hemos estado presos, los que hemos sido torturados, seguimos luchando. Yo tengo 63 y sigo luchando, así que tenía más o menos la misma edad que Mirta, y orgullosamente seguimos peleando por las mismas cosas que cuando teníamos 20 años nos prometimos no sólo soñar, sino llevarlo a cabo”, agregó Carrica.

Finalmente exhortó al auditorio: “La mejor manera de homenajear a nuestros compañeros va a ser luchando incansablemente para que haya más justicia, para que haya más democracia, para garantizar los esenciales derechos humanos, porque los derechos humanos son más justicia social”.

19/06/2012